Vivimos rodeados de radicación, con conexiones inalámbricas que van con nosotros a todos lados (Wi-Fi, 4G, 3G, y muchas más que afectan nuestra salud constantemente) ya que estamos realmente abusando de su uso.
Numerosos estudios basados en comprobación científica han arrojado datos de alarma que la tecnología de radiación inalámbrica puede afectar en gran medida nuestra química cerebral. Es por lo anterior que muchos sistemas de nuestro cuerpo se ven, a consecuencia de esta carga de radiación electromagnética, detonando trastornos de sueño tanto en niños como en adultos; también se encontraron datos de mutación de ADN que van desencadenando diversas enfermedades, entre ellas el cáncer.
Hace algunos años no contábamos con esta tecnología de radiación a través de Internet y aparatos sin cables; actualmente existe una enorme preocupación por las consecuencias dañinas que se han demostrado con el uso frecuente de esto, incluso en algunos países, como Francia, ya existe una ley que prohíbe el uso de Wi-Fi en escuelas, sobre todo en guarderías, e incluso en algunas universidades el Wi-Fi únicamente se enciende a ciertas horas del día, cuando es necesario su uso.
El doctor Russell Reiter, quien es experto en este campo sobre cómo es que el cerebro se ve afectado por los campos electromagnéticos y su radiación, comenta que la melatonina (hormona encargada del sueño) se suprime a consecuencia de estos campos magnéticos y que al atrofiar la producción de la melatonina te conviertes automáticamente en un candidato potencial a presentar desórdenes neurológicos, pues la melatonina no sólo es la responsable de mantener un ritmo óptimo en nuestro sueño, es también un antioxidante muy importante que ayuda a reparar el daño de nuestras células, lo cual ayuda a disminuir las posibilidades de cáncer, de otras enfermedades degenerativas y el envejecimiento precoz.
Además de la radiación, el doctor Howard W. Fisher publica en un artículo en la revista Eternity Watch Magazine que la luz de cualquier pantalla celular, computadora o televisión también son inhibidores de la producción de esta hormona tan vital, pues sin su producción simplemente no dormimos; si no dormimos, no descansamos, y si no descansamos, no se repara nuestro organismo y se convierte en un círculo vicioso del cual es urgente salir.
Existen muchas cosas que podemos hacer para evitar la radiación y protegernos la mayor parte del tiempo, empezando por nuestras casas:
- Puedes retomar las conexiones con cable por lo menos para tus dispositivos fijos, como computadoras.
- Desconectar los módems en casas, oficinas y escuelas que nos dan las conexiones inalámbricas cuando no los necesitemos. Es muy importante desconectarlos por las noches, pues toda la noche emiten radiación y es justo el momento en que no queremos que se dañe la producción de melatonina para así tener un descanso realmente reparador. Además, dormidos somos más propensos a tener daño de estas ondas electromagnéticas.
- Es muy importante no dormir junto a aparatos que emitan radiación de ningún tipo; si no es posible apagar celulares, por lo menos mantenerlos a 2 metros de distancia de nuestra cama.
- Evitar ver pantallas de celulares, computadoras y televisión por lo menos una hora antes de dormir; recuerda que esta luz brillante inhibe la producción de melatonina.
- Ser más conscientes y volver a desconectarlos y a no depender el 100% del día del internet y de aparatos que emiten radiación.
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