Autoridades del Colegio de Bachilleres de esta ciudad suspendieron clases, tras las publicaciones de unos de sus estudiantes, donde mencionaba «Cuantos me apoyan para que haga un tiroteo en bachilleres».
La institución ya interpuso denuncia ante la fiscalia.
El joven se identifica como Juan como se conoce en sus redes sociales en la misma red social puede rescatarse un segundo mensaje, donde pide perdón a las personas que puedan salir afectadas en el atentado.
México no se escapa de historias similares no solo de amenazas, si no de hechos en escuelas en años recientes.
En mayo de 2014, un estudiante de 15 años disparó y mató a uno de sus compañeros, de 13 años y con quien mantenía una disputa, en una escuela del Estado de México.
En otros hechos parecidos, en 2007 un padre de familia de un prestigioso colegio en la Ciudad de México, asesinó a la directora del centro.
En 2001, un niño de 14 años se suicidó de un disparo en la cabeza frente a sus compañeros de clase, también en la capital.
Identificando problemas mentales en los adolescentes
La Asociación Americana de Psiquiatría, también conocida como APA, ha publicado un catálogo de rasgos y síntomas fácilmente identificables por las personas que están más cercanas y unidas a los adolescentes.
De esta forma, si hay signos de alarma o conductas extrañas, se puede reaccionar. Así es como el joven puede recibir una atención temprana que retrase la aparición del problema, reduzca la gravedad y le permita un desarrollo adecuado:
- El aislamiento social y la pérdida de interés en cuanto le rodea, especialmente en referencia a personas, puede suponer una señal de alarma.
- Las actitudes y aptitudes de abandono también pueden ser una señal. Si el joven abandona en exceso sus estudios, practicas deportivas, asistencia a su centro, realización de tareas en el hogar, etc., puede ser sinónimo de un problema mayor.
- La capacidad de concentración, memorización y uso del lenguaje lógico y verbal pueden ser síntomas de problemas mentales.
- Las reacciones a diferentes estímulos pueden suponer un trastorno. Si aumenta su sensibilidad auditiva, visual, táctil o de cualquier otro sentido, es mejor buscar a un especialista.
- El sentimiento de apatía en el joven también podría estar mostrando un trastorno. Si no muestra iniciativa o deseo de participación, es mejor buscar un diagnóstico profesional.
- A veces los adolescentes parecen desconectados del mundo. Esto se suele asociar a la edad, la rebeldía o un proceso transitorio, pero también puede ser el inicio de un problema mental.
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- Los pensamientos ilógicos o fantasiosos, más factibles en la infancia que en la adolescencia, podrían ser un indicio. Si sus creencias sobre alguna materia resultan exageradas o poco usuales, tal vez haya algún problema.
- Su estado de ansiedad y nervios en exceso también será sinónimo de un posible problema psicológico.
- Los comportamientos en los adolescentes pueden ser en ocasiones peculiares. No obstante, si son impropios y se alargan en el tiempo, es mejor buscar ayuda.
- Los cambios de hábitos, como el exceso de sueño, la falta de apetito o la dejadez y deterioro de la higiene personal son un síntoma llamativo.
- Durante la adolescencia, el joven comienza a encontrar su estabilidad emocional. Si estos cambios son exagerados y excesivamente rápidos, como en los niños, capaces de pasar de la risa al llanto en segundos, es mejor tomar precauciones.
¿Qué hacer ante una situación sospechosa?
Si sospechas que un joven muestra alguna de estas conductas, no tiene por qué ser sinónimo de un trastorno mental. No obstante, si se producen una o más de estas situaciones en un chico en particular, nunca es mala idea pedir ayuda profesional y salir de dudas.
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