Una nueva investigación de ‘The New York Times’ revela el trato de favor a tecnológicas mientras la red social defendía la privacidad
Facebook compartió los datos de sus usuarios con más de 150 compañías. Apple, Amazon, Microsoft, Netflix o Spotify disfrutaron de distintos acuerdos con Facebook para usar los datos de sus usuarios para distintos servicios. Mientras Facebook cortaba por un lado el acceso a apps como Cambridge Analytica, que reunió datos de usuarios para tratar de influir en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, ofrecía un trato prioritario a otras grandes tecnológicas en acuerdos que en 2017 seguían activos.
A cambio, Facebook conseguía información más detallada de sus usuarios (por su comportamiento en esas plataformas) que usaba, por ejemplo, para impulsar su función «Personas que quizá conozcas», que sugerían contactar con gente conectada con el usuario en otras plataformas.
Las revelaciones proceden de una nueva investigación de The New York Times,que ha revisado 270 páginas de documentos internos y ha hablado con más de 50 empleados y ex empleados de la compañía, además de trabajadores de otras empresas.
La novedad de estas pesquisas incide en la falta de preocupación en Facebook por la seguridad de los datos de sus usuarios. Nunca fueron, según estas revelaciones, la prioridad de la compañía, sino un instrumento más para seguir creciendo. Un comportamiento que ahora Facebook intenta anular o corregir retocando sus acuerdos pasados, realizando, además, declaraciones grandilocuentes: La privacidad es «la fundación de nuestra compañía», dijo Carolyn Everson, vicepresidenta de Marketing, hace menos de una semana en la apertura de una tienda temporal en Nueva York sobre, precisamente, privacidad. Estos gestos pretenden disimular que el pilar del negocio de la compañía se basa en traficar con unos datos que, a partir de ahora, serán más difíciles de compartir. Comienza una nueva era para todos los gigantes digitales.
Los acuerdos de Facebook con otras compañías eran de tres tipos. Primero, con fabricantes de dispositivos, que llamaban de «integración». El mismo Times ya había revelado en junio la existencia de estos acuerdos, que se remontan a antes de que existiera una app de Facebook para móviles. Facebook permitía, además, el acceso a datos del usuario sin su consentimiento explícito. Sin embargo, la integración de Facebook en los sistemas operativos de los aparatos requería compartir datos, con lo que eran hasta cierto punto inevitables.
Segundo, a través de una característica llamada «personalización instantánea». Aplicaciones como el buscador Bing (de Microsoft), las webs de crítica de restaurantes (Yelp), o de cine (Rotten Tomatoes) tenían acceso a los datos de «amigos» de Facebook para ver qué habían dicho de tal película, qué habían buscado o si habían comentado un restaurante. Esta función se lanzó en 2010 y se cerró en 2014, aunque Bing, el servicio de música por streaming Pandora o Rotten Tomatoes siguieron teniendo acceso a los datos.
Y en tercer lugar, había acuerdos puntuales con compañías. El texto del Times no aclara los beneficios concretos de Facebook en estos acuerdos, más allá de «conseguir más usuarios», o el detalle sobre su actividad en otras plataformas, pero las concesiones con sus socios eran notables. Spotify y Netflix podían integrar los mensajes de Facebook en sus plataformas para compartir canciones o recomendar series, pero eso les daba acceso también a leer los mensajes privados de los usuarios. Ahora todos corren a limitar los daños. Netflix, en un comunicado a The Verge, admite que entre 2014 y 2015 ofreció está opción a través de Messenger, pero «en ningún momento accedimos a mensajes privados de la gente en Facebook ni pedimos la capacidad de hacerlo».
Amazon también tenía uno de estos acuerdos para conocer los «amigos» de los usuarios y sus datos de contacto. La compañía de Jeff Bezos no ha revelado el objetivo del acuerdo, pero ha dicho que trató toda la información «adecuadamente». En 2015, Amazon suprimió la reseña de una novela de un suscrito porque violaba las condiciones del servicio. El motivo que Amazon le dio era que conocía al autor de la novela, algo que la plataforma justificaba porque el suscrito seguía al autor en una página de Facebook. La revelación permite imaginar que Amazon tenía la opción de cruzar reseñas con datos de Facebook para eliminar reseñas sospechosas de que las hubiera escrito un amigo del autor.
Facebook insiste una y otra vez en que «no vendía» los datos de los usuarios y que los permisos para estos intercambios de información eran legales. Aunque también admite que no mantuvo la vigilancia y algunos de estos acuerdos con otras compañías seguían siendo accesibles años después de su fin. El patrón de comportamiento es sin embargo siempre el mismo: la privacidad no es la prioridad. Es algo que ha estallado en 2018, después de años de mal uso. Facebook tiene ahora un problema grave de marca que puede llegar a afectar al producto.
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