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5 razones por las que Occidente está preocupado por el gigante chino de la telefonía

Duro golpe de Google a Huawei: la empresa estadounidense restringió al gigante tecnológico chino el uso de Android, su sistema operativo.

La decisión llega tras una orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que impone restricciones a la tecnología china.

Pero ¿por qué es tan controvertido este fabricante de celulares?

La restricción de Google es parte de una decisión que implica que los nuevos dispositivos de la compañía china, el segundo mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, perderán el acceso a algunas aplicaciones y actualizaciones.

La semana pasada Trump declaró una emergencia nacional para proteger las redes informáticas de Estados Unidos contra «adversarios extranjeros», unas palabras estas últimas que los analistas creen que están dirigidas principalmente al gigante tecnológico chino.

El lunes, el Departamento de Comercio de EE.UU. anunció que retrasará la imposición de sanciones a la empresa china y emitió una licencia temporal de 90 días que permite a algunas compañías continuar brindando soporte a las redes y dispositivos existentes de Huawei.

Si bien es más conocido por sus celulares, Huawei también fabrica una gran cantidad de equipos de comunicaciones que se utilizan en todo el mundo.

Pero, ¿por qué otros países están también preocupados?

Pues por una compleja serie de denuncias que involucran agencias internacionales de espionaje, brazos robóticos robados, placas casi indestructibles de vidrio recubiertas de diamante y presuntos tratos secretos con Irán.

5G: ¿muy rápido pero no tan seguro?

Huawei está en conversaciones con países de todo el mundo para suministrar los sistemas que permitirán la próxima revolución en las redes de telefonía móvil: el 5G.

El 5G revolucionará lo que hacemos con nuestros celulares y con muchos otros dispositivos.

El sistema será tan rápido y sensible que tendrá una gran variedad de usos, como los autos sin conductor.

Y los rivales de China afirman que, si Huawei está en el corazón de la infraestructura 5G de un país, el gigante asiático podría espiar los mensajes que viajan a través de las redes o desconectarlos, lo que causaría enormes alteraciones.

Incluso antes de la reciente orden ejecutiva de Trump, Estados Unidos ya estaba presionando a sus aliados occidentales para que evitaran a la empresa china.

La mayor parte de esta presión se centró en el grupo llamado Five Eyes (Cinco Ojos), formado por Estados Unidos más Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, cuyas agencias de espionaje tienen una relaciónmuy cercana y comparten enormes cantidades de información secreta, a menudo electrónicamente.

Estados Unidos amenazó con dejar de compartir material con cualquiera de estos países de habla inglesa que instalen equipos 5G de Huawei.

«Si un país adopta esto y lo incluye en algunos de sus sistemas de información sensible, no podremos compartir información con ellos», advirtió el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

Las agencias de espionaje de Estados Unidos como la NSA, amenazan con no suministrar inteligencia a sus aliados si usan equipos de Huawei.

Huawei negó repetidamente que fuese un espía para el gobierno chino, pero los críticos recordaron que las leyes chinas hacen imposible que las empresas se nieguen a ayudarles con la recopilación de información.

Y también aludió a la economía estadounidense, advirtiendo de que la prohibición «solo servirá para obligar a Estados Unidos a aceptar alternativas peores pero más costosas, cosa que dejará al país atrás en el despliegue del 5G y, con el tiempo, perjudicará los intereses de las empresas y los consumidores de Estados Unidos».

Puede que, en parte, el miedo de los Estados Unidos a las tecnologías espías se base en su propio comportamiento.

Edward Snowden, ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), reveló que durante años las agencias de espionaje estadounidenses habían pirateado datos pertenecientes a las principales empresas de tecnología de EE.UU., como Google y Yahoo, y habían tratado de socavar la tecnología de encriptación.

El escándalo del brazo robótico

Si los problemas de las redes inalámbricas ultrarrápidas son un tanto abstractos, otro de los escándalos de Huawei es un poco más directo: uno de sus ingenieros fue acusado de robar un brazo robótico.

El empleado reclamó que el equipo, que se usa para tocar repetidamente las pantallas de los celulares para probarlos, se le cayó accidentalmente en la maleta cuando salía de un laboratorio de diseño de la empresa T-Mobile.

La empresa T-Mobile acusó a Huawei de robar su tecnología.

La compañía alemana, que en ese momento estaba asociada con Huawei, no se creyó las explicaciones, y las dos empresas de tecnología acabaron en los tribunales.

El escándalo se reavivó después de conocerse unos correos electrónicos que planteaban dudas sobre las afirmaciones de que el ingeniero actuó solo y que sugerían que podría haber sido dirigido por altos ejecutivos de China.

Esta es una de las razones por las que la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, fue arrestada en Canadá con orden de extradición de Estados Unidos el año pasado.

¿Doble juego con Irán?

Meng aún está luchando contra los intentos de extraditarla a Estados Unidos por esa acusación, que ella niega, y por otros cargos que vinculan a Huawei con Irán.

Se dice que Meng formaba parte de un plan para esquivar las sanciones estadounidenses contra Teherán a través de una compañía llamada Skycom.

Estados Unidos endureció las sanciones a las exportaciones iraníes, incluido el petróleo.

Parte de la acusación contra Meng señala que mintió a los bancos y al gobierno estadounidense sobre acuerdos comerciales con Irán.

Meng, que es hija del fundador de Huawei y niega todos los cargos, podría enfrentarse a hasta 30 años de prisión si es extraditada a Estados Unidos y condenada.

Pantallas destrozadas y promesas rotas

Pero los problemas de Huawei en Estados Unidos no terminan ahí.

Según Bloomberg, el FBI está investigando al gigante de la tecnología por un presunto incumplimiento del Reglamento de Tráfico Internacional de Armas (ITAR) por el manejo de una muestra de vidrio recubierta de diamante casi indestructible.

Las pantallas súper fuertes valdrían una fortuna para cualquier fabricante de celulares.

Si alguna vez se te cayó el celular, ya sabes lo fácil que es que se rompa la pantalla, y lo costoso que es arreglarla.

Un celular con una pantalla irrompible sería una bendición para cualquier empresa de tecnología.

La empresa Akhan Semiconductor Inc. estaba en conversaciones con Huawei sobre su último tipo de vidrio, increíblemente resistente y que lleva una delgada capa de diamante artificial.

Bloomberg afirma que se devolvió una muestra al fabricante con meses de retraso y muy dañada.

Una investigación del FBI llevó a Akhan Semiconductor Inc. a sospechar que Huawei había sacado la muestra de EE.UU. para analizarla, lo que sería ilegal porque los materiales recubiertos de diamante están restringidos debido a su posible uso con armas láser.

La empresa china niega esta versión de los acontecimientos.

No es el final de la historia

Huawei se ofreció a firmar «acuerdos de no espionaje» con gobiernos extranjeros.

Pero, a pesar de los escándalos, de la decisión de Google y de la orden ejecutiva del presidente Trump, Huawei sigue siendo un actor global clave.

Para muchos países, especialmente en África y Asia, el precio de su tecnología en comparación con la europea y la estadounidense significa que, solo por el costo, tiene asegurada una enorme cuota de mercado.

Incluso en Reino Unido, uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos, sigue habiendo debate sobre si usar los productos de la compañía para construir la red 5G.

A principios de mayo el ministro de Defensa británico fue despedido tras un escándalo por la decisión de incluir componentes chinos en áreas «no centrales» de la red.

Esta decisión se encuentra de momento en el aire y, como muchas otras cosas relacionadas con Huawei, tiene un futuro incierto.

Con información de BBC

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